En Corea del Sur juegan varios factores de promoción del desarrollo tecnológico, por un lado está su alta inversión en investigación, la presencia de grandes firmas nacionales dedicadas al rubro (sólo piensen en Samsung), y además existe todo el impulso y apoyo estadounidense y el conflicto con corea del Norte (no es un misterio que los conflictos armados, aunque estén latentes ayudan al desarrollo tecnológico).
Quizás todos estos factores desemboquen en lo que la Agencia Nacional para el Desarrollo de la defensa planea para los soldados surcoreanos que se traduce en la creación de un uniforme de combate altamente tecnificado que a largo plazo incluiría receptores de GPS, sistemas de identificación a distancia, cámaras, sistemas de comunicación con reconocimiento de voz, controles para la temperatura, detección de minas y armas químicas y hasta un sistema de protección contra láser y misiles (OMFG) siendo lo único que se extraña sistemas de monitoreo de signos vitales y resucitación o un exoesqueleto porque si tuvieran eso parecerían marines de Halo enviados directamente por la UNSC.
Pero para no dejarnos esperando ya hay información de lo que será el estándar en armamento de mano, un rifle K-11 de doble cañón que es capaz de disparar balas de 5.5×45mm (norma OTAN) o granadas de 20mm, con sistemas de mira térmica y láser que son capaces de calcular la distancia al blanco automáticamente con lo que tenemos armas con complej0 de cámara digital “point & shoot”, sólo nos queda esperar que los contrincantes de Corea del Sur tengan un contrato con Arteriocyte. Y finalmente para los ansiosos, después del quiebre podrán ver al magnífico rifle en acción.